sábado, 18 de abril de 2009

Beneficios de la Práctica del Rugby Infantil


El deporte en la actualidad es un fenómeno de enorme repercusión social, que ha superado la frontera del ámbito lúdico y agonístico para pasar a influir en otros sectores de la organización humana como el mercantil (por ejemplo, las negociaciones millonarias por los jugadores profesionales) e industrial (por ejemplo, la cantidad de dinero que se genera a través de la venta de material deportivo, influye en los productos que utilizamos para nuestras prácticas); de esta forma su importancia y trascendencia ha llegado a unos niveles que lo hacen estar constantemente en el centro de numerosas controversias. Precisamente una de estas discusiones, es la que se genera cuando comenzamos a conversar sobre la pertinencia de la iniciación deportiva, y cuales son sus pros y sus contras.
En este breve trabajo, intentaremos analizar los riesgos y los beneficios que puede generar o promover la iniciación a la práctica del rugby, tratando de justificar todas nuestras propuestas sino de una forma científica si lo más racional posible, apoyándonos en la propia realidad del juego y en lo conocido de otras disciplinas más genéricas que el propio deporte del rugby.



1º Hacer al niño protagonista de sus acciones.
2º Aprender jugando con los movimientos corporales.
3º Trabajar los sentimientos de sociabilidad y respeto mutuo.
4º Adquirir por medio del juego una educación en base a su comportamiento y construir una necesidad de disciplina personal.
5º Trabajar su mecanismo perceptivo.
6º Trabajar su mecanismo decisional.
7º Mejorar sus mecanismos ejecutivos en cuanto a habilidades motrices.
Como premisa fundamental propone: “No cerrar la práctica deportiva desde edades muy pequeñas, ya que se verían estereotipos y lo que se busca es una práctica multilateral”.

Deporte socializante: es evidente por la naturaleza del propio juego (representa las interacciones entre individuos semejantes, como sucede en cualquier grupo de práctica).
Deporte de ayuda constante: es necesario cooperar entre compañeros para poder conseguir el objetivo, ya que es difícil oponerse uno solo a quince sujetos.
Deporte que desarrolla la potencia y los movimientos naturales. No existen técnicas extereotipadas en el juego vivo.
Deporte de gran versatilidad docente: se puede utilizar para educar aspectos muy diversos de otras prácticas.
Deporte de gran demanda de capacidad, tanto física como intelectual.
Deporte de demanda de sacrificio.
Deporte de formalismos educativos y de respetos: ayuda a paliar uno de los riesgos extrínsecos a la propia naturaleza del deporte.
A continuación proponemos nuestra clasificación de los beneficios del rugby, utilizando como criterio para su división, el nivel humano en el que intervienen fundamentalmente.



A NIVEL CONDICIONAL: El umbral de adaptación es tan bajo en los niños que cualquier práctica que realicen provocará adaptaciones significativas en casi todos las capacidades condicionales (Platonov, 1992). Aunque fundamentalmente (si adaptamos las dimensiones del campo), provocará efectos significativos en la fuerza: Resistencia a la fuerza rápida y fuerza de tracción del tren superior. A NIVEL COORDINATIVO: Desarrollo de capacidades perceptivas (coordinación de patrones psicomotores): Disociación pelvis-tronco (por ejemplo, permite correr hacia delante y girar el tronco para pasar hacia atrás); desarrollo de capacidades perceptivas superiores (aquellas que se encuentran en los niveles superiores del sistema nerviso: 3ª unidad funcional de Luria), como la capacidad de estructuración espacial, por ejemplo, para aprender a distribuirse en el campo de forma eficaz para el juego; capacidad de coordinación espacio-temporal; por ejemplo, en el juego desplegado para la ocupación eficaz del espacio necesario para lograr la circulación del balón (buena circulación del balón) (Bernardos, C. & Usero, F. 1988).



Fuente: http://rugbyinfantil-malaga.com/?p=27

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